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La Mulata de Córdoba

Corría el año de 1618, y en la Villa de la Córdoba de los Caballeros, se dice que vivía una bella mujer de cuyo origen y domicilio nadie sabía, su belleza era tan grande que todos los hombres se sentían atraídos por ella. Por sus venas corría sangre negra y española, era la Mulata de Córdoba.

 

Dicen que era muy entendida en las artes de la medicina, que conjuraba tormentas y predecía eclipses y temblores, las pestes y enfermedades mortales ella las curaba sólo con yerbas.

 

La gente crédula y supersticiosa afirmaba que la mulata tenía pacto con el diablo; que tenía poderes mágicos y que podía estar en dos lugares al mismo tiempo. La Santa Inquisición no tardó en apresarla y enviarla al presidio de San Juan de Ulúa acusada de brujería.

 

Un día, le solicitó a un carcelero que le consiguiera un trozo de carbón. Se dice que la mulata dibujó con el carbón en húmedos y oscuros muros de su celda un barco con grandes y blancas velas desplegadas al viento, y dando un salto subió a la nave y desapareció, al día siguiente aferrado a la reja del calabozo vacío, se encontró al carcelero con la razón perdida.